Queso fibroso y graso, utilizado tanto en fresco como tierno, al natural o fundido, su uso mayoritario es para la fabricación de pizzas, donde se utiliza tanto fresco (troceado o rallado) como seco (tierno rallado).
Muy utilizado también en ensaladas cuando es fresco. Para comer sin derretir, se prefiere la mozzarella fresca, en forma de queso lechoso de pasta blanda.